La mediación es una forma pacífica de gestionar y resolver los conflictos, donde son las partes las que deciden cómo resolver sus problemas, ayudadas por la persona mediadora, que no tiene ningún poder de decisión sobre el acuerdo (sí sobre el proceso) y que va a facilitar la comunicación entre las partes, para que ambas puedan expresar sus necesidades, colaborar y buscar soluciones que satisfagan los intereses de todo el grupo familiar.

La mediación es un espacio que posibilita la escucha, el entendimiento y la actitud colaborativa.

El proceso de mediación es voluntario, neutral, confidencial y transparente.

• La ruptura de pareja es una de las situaciones más estresantes que una persona puede vivenciar, supone la elaboración de un duelo y éste será diferente en cada una de las personas. A través del proceso de mediación se acompasarán los diferentes ritmos, construyendo un clima de cooperación que permitirá ir acercando posturas que llevarán a un acuerdo realista.

• En definitiva, se trata de “coser un traje a medida” para cada familia, que permita a los progenitores seguir ejerciendo como tales en una nueva organización familiar y a las hijas e hijos no perder a ninguno de sus progenitores.